
Por desgracia, estamos en la cuenta atrás de la desparición del pabellón de Hungría en el recinto de la Expo'92. Este es todo un simbolo de la que fuera una de las mayores exposiciones universales de la historia. El edificio al encontrarse en una zona de expansión de empresas de I + D, se va a demoler para construir, un nuevo edificio de oficinas. Ninguna administración pública se ha manifestado en contra de esta cruel desición. Cuando pasen los años y recordemos las barbaries que hemos cometído en este recinto, diremos que paso igual que con los pabellones de la exposición iberoamericana de Sevilla en el 29. Ya van dos exposiciones y no aprendemos a conservar y a reutilizar nuestro patrimonio. Es una pena.